martes, diciembre 12

Es mi cumple... otra vez!

Los últimos años fueron de puro aprendizaje, desafíos y aventuras, oportunidades y fracasos. Un cúmulo de cosas que me llevaron a ir ordenando emociones, sentimientos y la vida misma. Puedo decir con mucho agrado que sobreviví a cosas y situaciones que sentía perdidas, no me rendí jamás, y me fortalecí tanto, que ahora el mismísimo demonio tiembla al escuchar mi nombre.

Amé con tanta fuerza, y dejé ir con más tranquilidad. Aprendí en mis soledades que solo quienes te aman de verdad permanecen cerca y con el corazón abierto.

Elijo a quienes me elijen, no necesito más, tengo lo suficiente y necesario, lo que no está no hace falta.

Sigo descubriendo cosas de mi misma, algunas muy bellas, otras no tanto, porque lo cierto es que no hay luz sin sombra y con ella también hay que convivir.

Son 43 años de una vida creativa, inquieta y diferente, claramente nunca pude ser como el resto, todo tiene mi marca personal. Genio y figura…

Sembré y coseche amistades increíbles. Compartí cada momento y pude sentir la compañía de cada persona. No me niego a vivir, a ser y a hacer…

Más segura de la persona que soy, con más claro el futuro que me propongo, rescatando los valores, los principios y las experiencias que me han formado, soy la MUJER en la mejor versión que puedo ser ahora.

Agradecida por todas las experiencias y en busca de nuevas, inicio este camino con total tranquilidad, de que lo que sembré hará que los frutos sean abundantes y de calidad.

Feliz cumpleaños a MÍ! Gracias a todos los que comparten esta locura de vivir.

Valeria “La Vale” Elías

 



 

lunes, diciembre 12

42 es un número que aún me queda grande, aunque chico de alguna otra forma. Otro año más que pasó, un año muy duro, pero lleno de experiencias, aprendizajes y sobre todo amor. Cada año es así, un cúmulo de sucesos y hechos que inevitablemente ocurren y uno debe ir, como decía el Negro, haciendo malabares para que no se caiga lo importante al suelo, aunque también inevitablemente pase.

Aprender de la mejor forma y de la peor forma lo que es el amor verdadero, la diferencia entre decirlo, sentirlo y hacerlo. Quienes fueron los que notaron que no podía más y cargaron mis bolsos, brindaron refugio o simplemente no se fueron y se quedaron haciendo el aguante.

Estoy muy agradecida a la vida, por esta oportunidad de volver a empezar, “que aún no termina el juego”. La oportunidad de encarar todo de una forma diferente, de poder reconstruir lo que en años no sabía dónde encajaba, y ahora todo encuentra su lugar.

Corrí toda mi vida para alcanzar tantas cosas, y como decía Horacio, me perdí del paisaje y finalmente tampoco alcancé todo lo que me proponía. Entonces, aprendí que no es necesario correr, pero si avanzar a paso firme y mente clara.

Ver el amor a la cara es otro cantar. No es quien en dos días dice te amo, es quién con el tiempo y después de muchas guerras y festejos, con simples palabras o gestos, te siguen respetando, sintiendo y acompañando, a pesar del dolor, el orgullo o los miedos.

Ser el principio y el fin de esa persona, que en todos estos años recién se percate lo que yo supe desde el principio. Esa misma persona que no sabías si ibas a poder sobrevivir a su ausencia, y no solo sobreviviste, sino que aprendiste a amarlo de otra forma, con otros ojos, menos ciegos y más reales.

Él sabe que si se hace un raspón, siempre voy a ser ese soplo que alivia el ardor. Darse cuenta de esas cosas, sana.

Feliz por los viejos amigos, por los nuevos, por aquellos que ya no lo son, porque dejaron grandes enseñanzas.

Llevo casi medio siglo escribiendo para mi cumpleaños, faltan solo 8 años, que posiblemente completaré, igualmente de no ser así, solo quedan esbozos de algo que intenta ser una narrativa poética de vida, de una persona que solo se dedicó a vivir.

Estoy conforme con lo vivido hasta ahora, cual necio de Silvio Rodríguez, entiendo y acepto las consecuencias de mi revolución. Pago precios muy altos, pero también recibo compensaciones muy generosas.

Posiblemente algún día planche la ropa como me pide mi mamá, pero por ahora conservo esa rebeldía que fija la mirada en otra dirección, un horizonte que promete ir más allá de lo posible. Esa insistente utopía que nos quita el sueño, pero nos estimula para avanzar.

A los que siempre estuvieron, gracias!

A los que volvieron, gracias!

A los que se fueron y no vuelven más, gracias y paz!

A los que simplemente se fueron, gracias!

A todos, los que de alguna u otra medida cruzaron mi camino para bien o para mal, gracias y bendiciones.

Por siempre La Vale Elías, Valeria Elías

 
 


jueves, julio 29

 

Que salga por los ojo

lo que no puede salir por la boca.

La conjugación del secreto dolor.

Lo que el otro no sabe,

sitio de no saber, donde nace la comunicación.

Esa soledad común, ese vacío,

la exterioridad íntima.

No es que no vea tu historia,

es la incapacidad de poder transformarla,

sin ser parte de ella.

Valeria Elías